Si bien estos sectores sostienen desde los flujos de inversión hasta la transformación digital y la infraestructura sostenible, las mujeres siguen estando subrepresentadas en los niveles directivos más altos. En sectores como automotriz, tecnología y energía, en particular, los patrones históricos de contratación y las redes cerradas han mantenido entornos predominantemente masculinos, haciendo que el avance sea tanto urgente como complejo.
Abordar estas disparidades va más allá de promover el crecimiento individual: implica generar nuevas alianzas, cuestionar las barreras estructurales y culturales y promover cambios profundos tanto en políticas como en prácticas corporativas. A través del desarrollo de liderazgo y la construcción de comunidades dinámicas de agentes de cambio, IntegrateWomen busca cerrar las brechas de representación y, al mismo tiempo, acelerar la transformación de sectores estratégicos.
Desde la provisión de capital hasta la innovación tecnológica en fintech, el sector financiero influye en la estabilidad y las oportunidades a todos los niveles de la economía. Sin embargo, los puestos de toma de decisiones siguen ocupados de forma desproporcionada por hombres. En 2025, las mujeres ocupan apenas uno de cada cinco asientos en los consejos de administración de los principales bancos de América Latina. Además, menos de la mitad de las mujeres en la región posee una cuenta bancaria, y persisten brechas significativas en el acceso a créditos y productos financieros.
Transformar las finanzas no se limita a mejorar el acceso, sino a incorporar las voces de las mujeres en las decisiones de inversión, en la gobernanza corporativa y en el diseño de soluciones de capital.
El sector automotriz impulsa el desarrollo industrial y la conectividad global, abarcando áreas como manufactura, ingeniería, diseño y transformación de la cadena de suministro. En América Latina, la industria continúa siendo una de las profesiones más dominadas por hombres: las mujeres representan menos del 15% de la fuerza laboral, con proporciones aún menores en puestos directivos, de ingeniería y técnicos. Además, en los consejos de administración y equipos ejecutivos, menos de una de cada diez posiciones está ocupada por mujeres en las principales automotrices y proveedores de autopartes.
El crecimiento acelerado de la tecnología está transformando todos los sectores, pero el auge de la innovación aún no se traduce en una paridad de género real. En América Latina, la participación de las mujeres en tecnología no supera un tercio de la fuerza laboral, y la brecha de liderazgo es aún más amplia en puestos ejecutivos y técnicos. En muchas empresas, los desequilibrios de género persisten a pesar de ambiciosas metas de reclutamiento, debido a limitaciones culturales, falta de mentoría y escasas oportunidades de patrocinio profesional.
La energía y la infraestructura son ejes fundamentales del crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. A pesar de los avances en energías renovables y modernización de redes, las mujeres continúan subrepresentadas: en América Latina, apenas el 24% de la fuerza laboral en energías renovables son mujeres, con cifras aún menores en puestos ejecutivos y técnicos.
La transición hacia energías limpias ofrece una oportunidad crítica para garantizar que los nuevos modelos de liderazgo reflejen diversidad e inclusión, impactando directamente la innovación y la resiliencia del sector.